Vida ínfima

Estaba mareado y fue entonces que recordé el inicio de la noche. Me desperte con dolor en la espalda. Sentia la boca seca y tenia las tripas revueltas. La comida ya no es lo que era, tantos aditivos químicos van a acabar conmigo. La noche se colaba entre las cortinas de la ventana de la cocina, la noche mi aliada, mi cómplice. Recordé la última comida, fue apresurada, insípida, un asco, tan solo plástico con sabor. Pude sentir el aroma de algo mejor, quizá sobras o quizá algo medio cocinado. ¿Era pasta? No lo recuerdo bien pero el sabor mejor. Solo alcance a ver el destello de luz a mi espalda, y el golpe seco sobre mi y después el jadeo de ira del hombre. Y estoy aquí con las patas retorcidas y de espaldas, mareado, a punto de morir. Lo último que escucho es la voz chillona de la mujer: ¡que asco... una cucaracha!

Leonardo Yamasaki
Este mini cuento lo escribí en 1982.

Comentarios

  1. Que bonito cuento! me gustó mucho la tensión y la sorpresa que lograste!. Felicidades de una lectora que te admira :).

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